El número 22 de “Cuadernos Historia de Catral”, correspondiente al mes de junio de 2014, reedita “San Juan Bautista Patrón de Catral”. Esta escultura sufrió los avatares propios de la Guerra Civil y se salvó de la destrucción en el incendio que sufrió el templo el 20 de abril de 1936 gracias al comportamiento casi heroico de gran parte de los vecinos, que al toque de rebato que anunciaba la catástrofe, se lanzaron a salvar cuanto pudieron. Las imágenes fueron escondidas en las viviendas de las familias más devotas, entre ellas la de San Juan Bautista, que guardó don Juan Lucas.
Por el mes de agosto, un grupo de milicianos recorrieron las calles del pueblo con el carro de la recogida de basuras y fueron echando en él bastante a “lo bruto” las imágenes rescatadas de la iglesia que había en las casas particulares. “Así sucedió con un San Pascual Bailón […] que estaba en casa de mi abuela paterna –dice don José M. García B.- la ´tía Teresica Cheroni´, cuyo origen y antigüedad eran desconocidos y a la que se tenía gran devoción en todo el pueblo y abría la procesión del Corpus.” Los que llevaban los “santos”, ante la rotunda negativa de ´Teresica Cheroni´ a entregar esta imagen, subieron a la “salica” donde estaba y la echaron al carro de la basura junto con las que ya iban.
Sin embardo, su análisis no consta; desde la toma de posesión de don Alejandro Lucas en 2004, tampoco se acredita el examen de la talla de San Juan ni existe informe que se guarde en la parroquia, ni las actas del Consejo Pastoral, ni el Libro de Gracias dicen nada de ello. Nos encontramos ante algo que se descalifica por sí mismo y que no se sabe a qué obedece. Los hechos relatados por don José María García Bernabé son la única verdad inviolable que zanja una polémica ficticia que no debió existir nunca, y que se cuentan detalladamente en este número. (JSC).
Autor: José Sáez Calvo
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